jueves, 17 de junio de 2010

CRÍTICAS II

DILEMA VECHE (RUMANIA)
"El idioma imposible, Una hermosa historia de héroes auto-destructivos en la Barcelona de los 80. Lentitud, infinita tristeza y la estupenda interpretación de los actores a través de el silencio del pensamiento, en la línea de In the Mood for Love."


CAHIERS DU CINEMA:
Rabia resultó la propuesta más estimulante del Festival, junto con EL IDIOMA IMPOSIBLE, de Rodrigo Rodero, una arriesgada incursión en el universo del escritor Francisco Casavella, filmada con insobornable voluntad estética. Pero el palmarés ya tenía cubierta su cuota de riesgo y esta valiente ópera prima se quedó fuera.



LA BUTACA AZUL
Maravillosa película, maravilloso descubrimiento.

Película trazada con un gusto musical exquisito: la música es narradora y al mismo tiempo protagonista de una historia que confía en el poder de los sonidos y en la fuerza narrativa de las canciones para contar lo que acontece más allá de las palabras, de los gestos y las miradas.

El principio de los años ochenta representado con poderosa precisión, embellecido por la hermosa labor de fotografía de Luis Bellido, que sabe captar la poesía caótica y nocturna de los bajos fondos, en constante penumbra.

Maravilloso encuentro.

La película hace justicia así con la historia de su país, y hace también las paces de algún modo con su cine, o al menos reivindica cómo éste ignoró la situación social del momento. El cine hace las paces con su historia, al conseguir mirarla por fin de frente.

Maravilloso descubrimiento Rodrigo Rodero, también.

Más cerca de Philippe Garrel que de ningún otro cineasta, el primer y auténtico heredero en nuestro cine de la tradición francesa de la nouvelle vague, la madurez formal de su primera película resulta ya impecable, su dominio del tempo cinematográfico, la fuerza expresiva de sus primeros planos, la intensidad dramática de sus momentos de silencio, la valentía de una estructura y una puesta en escena fuera de lo común.

La inexperiencia acusa sin embargo en la plúmbea pedantería de los diálogos, en la búsqueda continua de la poesía, la profundidad y la trascendencia. No hay nunca ligereza, nunca momento para la espontaneidad ni la sutil sonrisa, sólo hay momento para la afectación, el drama contenido y la pureza única de la ingenuidad propia de una ópera prima.

Los bajos fondos, la drogadicción, el Barrio Chino barcelonés retratado en un plano geográfico que podría recordar a cualquier otro suburbio universal. Un mundo excelentemente esbozado en unas pocas pinceladas, gestos y frases.

La película alcanza su expresión maestra en el plano fijo, de duración interminable, de fogosa intensidad, en que Fernando ve perderse a Elsa entre las frágiles cortinas del otro mundo, del umbral, el paso al universo de la drogadicción y la pérdida total de identidad propia.

Maravilloso reencuentro con la capacidad del cine de sostener el plano tanto como sostener la mirada. Sostener la manera de rodar, soportar la pérdida del ser querido ante nuestros propios ojos, y la eterna búsqueda de ella a través de los demás.

Gracias Rodrigo.


CRÍTICOS DE CINE
Un film que nos atrapa de principo a fin, donde la musica cumple un lugar fundamental dentro de la trama, jugando un papel tanto de narradora comoprotagonista de la historia al mismo tiempo. Con una gran ambientación de época, buenas actuaciones y una historia cargada de sentimentos que no quedan solamente en vacias palabras, el film es una de esas pequeñas joyas que uno no debe dejar pasar por alto.

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